Muestra Impresiones Endémicas

Del 7 al 25 de marzo se expondrá, en el Hall Central de la Academia Nacional de Ciencias, la muestra Impresiones Endémicas, grabados y cerámicas de María Genoveva Mingorance con curaduría de Enzo Nicolás Yovino Rué.

La muestra de Genoveva nos invita a detenernos en los micro elementos de los paisajes de las Sierras Chicas de Córdoba, a partir de representaciones de pétalos, gusanos, corazas, sombras y nidos.

La inauguración de la muestra se llevará a cabo el viernes 7 de marzo a las 17 hs.

Muestra Impresiones Endémicas
Días y horarios: del 7 al 25 de marzo, de lunes a viernes de 9:00 hs a 18:00 hs.
Entrada Libre y Gratuita
Lugar: Hall Central de la Academia Nacional de Ciencias, Av. Vélez Sarsfield 249, Córdoba.

Impresiones Endémicas

Genoveva representa pétalos, gusanos, corazas, sombras y nidos. Los lenguajes artísticos son el grabado y la cerámica: heliografías, aguafuertes, aguatintas, xilografías, piezas de cerámica esmaltada y litografías. El conjunto sugiere florecimiento («eudaimonia«, según los griegos), abrigo, serenidad, cuidado, levedad.

Soy de la idea de que hablar de la vida de los artistas es –en la mayor parte de los casos– irrelevante, por lo que no pondré reparo ahí.

Que hagamos la exposición aquí, en la Academia Nacional de Ciencias, me hizo pensar en la diferencia entre las representaciones en ciencia –por ejemplo, las de los botánicos– y las representaciones en el mundo del arte. Creo que una buena manera de pensar esa diferencia consiste en poner cuidado al uso de tales representaciones. Creo que, como si se tratara de herramientas, los dispositivos artísticos sirven para hacer cosas en el mundo. Así, el dibujo de un botánico puede hacer cosas como informar, describir, afirmar, explicar. Asimismo, aquel que hace el dibujo lo presenta con la inscripción implícita «Te invito a que veas esto» (entonces, lo que hace el dibujo es invitar a la mirada). Incluso, si la ilustración científica se acompaña con texto escrito, con un texto que indica la especie vegetal, el autor puede nombrar.

Algo distinto sucede con las representaciones en arte (como las obras que Genoveva expone en esta ocasión). En algunos casos, puesto que la autora ha partido del dibujo del natural, también hace cosas como informar o describir. Pero los artistas suelen estar más interesados en otro tipo de desempeño (desempeño «pragmático», como dirían los filósofos del lenguaje): revelar, contar, mostrar, señalar. De modo tal que, es como si dijeran » ¡Mírelo de esta manera!», «Ponga atención a este detalle», «Esto es valioso». Solo que los medios no son verbales, sino plásticos: una pieza de barro moldeada, pintada y cocinada, que quiere señalar la apariencia sensorial de este o aquel elemento de un paisaje, como algo que vale la pena reconocer. Tal apariencia puede ser una superficie nacarada, una configuración simétrica, una trasparencia.

Lo que quiero decir es que muchas obras de arte pretenden vitalizar la mirada. Desde luego, uno puede vitalizar los sentidos con actividades no artísticas, como el avistaje de aves, el volley o la cata de vinos. Todas las acciones humanas pueden ejecutarse de modo tal que se desarrolle algún tipo de destreza. Pero al parecer las personas hacemos obras y se las mostramos a otros para producir específicamente algún tipo de apertura. La misma consiste en una apertura de los sentidos y de la inteligencia hacia el mundo circundante.

Por otro lado, en aquellas obras que tienen la pretensión de ser bellas (pues hay otras que apuntan a ser graciosas, curiosas, inteligentes, etc.), la modalidad de presentación de los significados (la fuerza ilocucionaria, diría un tal John Austin) consiste en agradecer e incluso celebrar. Posiblemente eso pasa con algunas de las obras aquí expuestas.

Finalmente, se me ocurre que otra cosa que puede hacer un grabado o una pieza de cerámica es preguntar. Luego queda en manos del oyente (o del lector, o del espectador) disponerse receptivo ante las preguntas.

Lic. Enzo Nicolás Yovino Rué
Curador