CONICET: el destino de la actividad científica en la Argentina

La Academia Nacional de Ciencias, preocupada por el debate actualmente instalado en los medios de comunicación sobre el destino de la actividad científica en la Argentina y, particularmente en lo que hace al futuro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), considera necesario dirigirse a la opinión pública con el objeto de señalar la necesidad de elevar el nivel de la discusión y recuperar la visión creativa y visionaria de líderes como Domingo Faustino Sarmiento y Bernardo Houssay, quienes delinearon el desarrollo científico actual del país. Con ese fin, desea señalar lo siguiente:

  • La Argentina tiene una inversión baja en ciencia y tecnología, mostrando un retraso creciente con respecto a otros países de la región. Con un presupuesto global para el área de poco más que el 0,3% del PBI, se encuentra aún muy lejos del objetivo ideal del 1%, al que tienden países vecinos como Brasil y Chile. Si a esta situación crítica se le suman las reducciones recientes en el sector (que incluyen recortes de 19 millones en el ya magro presupuesto y 12% en los salarios de investigadores y técnicos), resulta indudable que el futuro de la actividad científica en el país esta seriamente amenazado. Por lo tanto, y antes de discutir cualquier otro aspecto del problema, la Argentina debería por lo tanto incrementar en forma impostergable las inversiones en el área de Ciencia y Tecnología. De lo contrario, inevitablemente se afectará la formación de los recursos humanos necesarios, comprometiendo el futuro desarrollo económico y la preservación de su soberanía intelectual y cultural.
  • Las reformas propuestas conllevan el riesgo de ocasionar un deterioro aún mayor al sistema científico argentino. Un requerimiento fundamental de cualquier sistema científico eficiente es su continuidad y la capacidad de evolucionar en forma gradual. Los cambios bruscos, poco consensuados y sin una base conceptual clara, tienen pocas chances de resultar exitosos, aún si planteados con la mejor de las intenciones. Asimismo, debe tenerse en cuenta que CONICET, aún con limitaciones, ha sido capaz de mantener un dilatado período de productividad sostenida, a pesar de severas restricciones económicas. Más aún, la institución cuenta con mecanismos adecuados para corregir sus errores, siempre y cuando se mantenga el principio fundamental de respeto a los mecanismos previstos, atendiendo a las opiniones de la comunidad científica expresada a través de sus representantes a nivel de los organismos de conducción institucional.
  • La dicotomía CONICET-Universidad; tal como se la plantea, no corresponde a la realidad. Debe recordarse que en la actualidad la gran mayoría de los investigadores de CONICET son profesores universitarios o están vinculados al sistema universitario, aportando calidad al sistema educativo de grado y posgrado.

En razón de lo que antecede, la Academia Nacional de Ciencias considera que no debería abordarse una política de modificaciones profundas sin mediar un período de deliberación y análisis que permita acercar los intereses y deseos de todos los sectores involucrados, y en particular, de los argentinos que hacen de la investigación científica una tarea cotidiana.

Con toda seguridad, ningún intelecto esclarecido puede juzgar oportuno instaurar modificaciones sustanciales en las instituciones científicas a pesar del descontento expreso de quienes la componen, con la posibilidad cierta de que la vigencia de los mismos no supere la duración de una administración política en particular. Por lo contrario, deben darse todos los pasos necesarios para asegurar una decisión madura y sopesada, garantizada por el consenso y válida para muchos años por venir. Asimismo, se considera de vital importancia asegurar que el Conicet y cualquier otra institución científica en Argentina sean manejados por investigadores de prestigio, cuya idoneidad sea reconocida y respetada por sus colegas.

Asimismo, la Academia Nacional de Ciencias manifiesta su permanente disposición para contribuir al diálogo necesario para superar esta situación de crisis que llena de frustración y desesperanza a muchos científicos argentinos.